Así fue crecer en el Pachuca de los 90’s

Sineàd Marti / @_Macorina

Haz click en la imagen para conocer el trabajo de nuestros colaboradores en Metascopios.

“Entonces mi papá me puso un gorro de oso polar y me cargó en sus hombros, eran unos camiones inmensos. El desfile de navidad de Coca-Cola era mi parte favorita de esas fechas”

11179988_10205872092975513_1606183603_n
Ruy Cuevas_Emergente

Fue hace más de 10 años que el nuevo milenio llegó con sus mujeres que visten gris,  los tirantes transparentes y más abierta ya la mente. Y aquellos que llegamos antes nos encontramos en el proceso de duelo por entrar a la adultez. Algunos estamos graduándonos, otros trabajando, algunos pocos afortunados ya miran el noticiero y a los que les fue peor aman las series de casas de empeño en History Channel.

Sineàd Marti
Sineàd Marti

Sumado a lo anterior cabe destacar el tamaño tierno de nuestra ciudad, que incluso hoy en día permite más de un atajo para  librar los contratiempos a pesar de sus cambios. A decir verdad, esta ciudad siempre se ha caracterizado por su tranquilidad y sus fuertes vientos, pero si volviera al pasado vería todo muy distinto a como es hoy. Durante los 90’s las calles principales eran en doble sentido, sin excepción; el transporte público era escaso, pero eso sí, con $4 pesos ibas y venías. Por las tardes los niños salíamos a las calles y podíamos andar por ellas con tranquilidad en bicicletas o patines del diablo. Nuestra ciudad era tan pequeña que ir a colonias como «El Venado», «Tulipanes» y anexas parecía ir al fin del mundo. Los centros comerciales eran contados y pequeños, pero nada te quitaba el gusto de ir al cine de Plaza Bella (Daniela Álvarez-1993).

Recuerdo Guerrero, y los pequeños jardines del parque de los niños héroes, la gente que compraba nieve y esuchando las bandas de música en el quisco del reloj. Los dulces del “Nogalito”, al señor que vendía atole de guayaba en el mercado de Barreteros (Susana Cruz-1993).

11179933_450439778447320_352173478_o
Lesli Bautista_Arquitectura

Nuestra infancia en Pachuca era adornada con los usuales gritos de la moda. Mochilas inflables y la muñeca llena de donas eran usadas por niñas y adolescentes; mientras que los varones continuaban el legado del gel a cargo de Imanol, Yordi, Martín Rica…”Recuerdo mucho esa canción: como canica me traes, como canica, por ti mi corazón baila este rock…”

Y en la televisión esperábamos ansiosos por Ranma y medio o Sandybell, sin ni siquiera pensar que en un futuro llamaríamos otakus a todos los que disfrutan de esas caricaturas (!). Veíamos también Rugrats, cruelmente desplazados por Pokemón y para algunos por Digimon. Hey Arnold! Seguía siendo nuestro favorito, junto con Kenan y Kel. Para los hardcore, Le temes a la oscuridad, Escalofríos y alguna otra que se me escapa de la memoria.

“Mi primer recuerdo es Pajarito de Francia 98. Lo más naco-chido que he visto en toda mi vida… o lo más chido eran los 10 más pedidos. Podías ver a Britney Spears, Molotov y Pink juntos en una misma lista” (Miguel Olvera-1993).

Itzia Sánchez_Cine

Pachuca daba para rutinas y rituales tan cursis como el de los domingos en el parque Hidalgo, la visita al acuario obscuro de Plaza Perisur, la cabalgata de los Reyes Magos o el circo. La excursión de la escuela al Rehilete o al parque de Convivencias. “De los años 90 lo primero que viene a mi mente son todos los pubertos de 14 a 18 que se juntaban en plaza bella. Entrabamos al cine y luego íbamos a babosear al parque, entrábamos a Sanborns, íbamos a Revo, y eso era de lo más lejos. Recuerdo Chikita, que tuvo su “boom” en esa época. Pero había algo mejor que Chikita, algo llamado galery, o no recuerdo, tenían una soda muy buena, quién sabe qué era”(Jorge Pedraza)

11121295_10206369230250297_1967327729_n
Miguel Olvera_Letras al aire

Haber nacido y crecido en Pachuca en la década de los años 90, considero que nos hizo tan cursis. Y es que hablar del tema provoca en nosotros un vuelco emocional que toma horas para discutirlo. Llegando siempre a conclusiones como: “No, el power Ranger rojo era el mejor” “Nada como ir a Dumbo’s a jugar” “¿Te acuerdas del brincolín en Plaza Perisur junto a los Hot Dogs?”, y entonces sentir una mezcolanza de nostalgia, felicidad y tonos amarillos.

La hazaña más memorable venía sólo una vez al año, cuando íbamos a la comercial mexicana en esa plaza donde resulta que había una pista para patinar junto a Sears y mis padres escogían un pino de tamaño perfecto para que cupiera en una sala de dos metros del suelo al techo y que no se doblara cuando mi hermana y yo nos peleáramos para ponerle la estrellita en la punta. Mientras tanto, Kenny Rogers nos deleitaba con villancicos como “you are so beautiful” o “when a man loves a woman” en el disco que sólo le dejábamos poner a mi padre ese día en particular (César Navarrete-1993).

11198944_10206368843200621_336472099_n
Anaid Gálvez_Emergente

Se trata de recordar nuestra infancia con el motivo del día o quizás sólo es un pretexto para zafarnos de nuestra realidad cada vez más compleja, de nuestros horarios de la escuela, nuestras inquietudes por el futuro…o la tesis. Por la razón que sea considero que nunca sobra regresar al pasado para echarle un vistazo a un mundo en el que todo estaba bien y en el que todo sigue en su sitio.

“Quiero hacer remembranza de facundo, el león del parque de convivencias…yo vivo frente a la calle que colinda con el zoológico y en la noche lo escuchaba rugir. Y a pesar de que me provocaba miedo…cuando crecí me hacía pensar que estaba en casa”

Este texto va para todos los que somos parte de esa generación y deseamos regresar para ver más de cerca lo que parecía gigante. Gracias a la colaboración de Daniela Álvarez, César Navarrete, Susana Cruz, Miguel Olvera y Jorge Pedraza por sus comentarios y aportaciones.

Deja un comentario